jueves, 14 de febrero de 2013

Ciclo de entrevista a capataces y costaleros: Jose María Pastor Muñoz

Hoy nos disponemos a llevar a cabo la que es ya la octava entrevista del ciclo dedicado a capataces y costaleros de nuestra Semana Santa. En esta ocasión tenemos el honor de tener con nosotros a uno de los grandes del martillo: José María Pastor Muñoz. Se trata de uno de los maestros de capataces en nuestra ciudad, gran conocedor de este bonito mundo. También tiene una gran experiencia como costalero… En definitiva un gran capataz donde los haya, que cuida y quiere a su gente.
 
 
 
-Cruces de Pasiones Nazarenas: Bienvenido a nuestro ciclo de entrevistas, Pastor.
-José María Pastor Muñoz: Muchas gracias por incluirme en este interesante ciclo de entrevistas sobre capataces y costaleros. Agradezco vuestras palabras de la presentación, pero la palabra maestro se me queda muy grande, creo que nos queda mucho por aprender como para poseer ese titulo.
-C.D.P.N: En primer lugar vamos a analizar tus andaduras como costalero y posteriormente, tu labor como capataz.
¿Dónde haces tus primeras chicotás? ¿A qué se debió la decisión de meterte debajo de un paso con tu costal? ¿Por qué en ese paso y no en otro?
-J.M.P.M: Mis primeras chicotas son el paso de Maria Santísima del Consuelo, cuadrilla a la que llevo vinculada de una forma u otra desde 1991. La decisión de meterme debajo de un paso por primera vez, viene dada por la inquietud de un joven cofrade por descubrir un mundo nuevo dentro del universo de las cofradías. La decisión de entrar en ese paso y no en otro, fue por que  me vincule desde muy joven a  la Hermandad de la Flagelación, integrándome en el   gran grupo de personas que  se movía ya entonces en esta Hermandad.
-C.D.P.N: Sabemos que en estas fechas coges tu costal, te montas en el coche y viajas a Sevilla a ensayar con alguna cofradía. ¿A qué hermandad vas a igualar? ¿Por qué esa hermandad; titular, capataz, amigos…?
J.M.P.M: Hace tres años tuve la suerte de entrar en las  Penas de San Vicente en la cuadrilla alta del paso de Cristo. Una cofradía donde se disfruta mucho por el nivel y ambiente costalero que se vive allí. Donde tengo la suerte de compartir afición con grandes amigos.  La decisión de ir a esa Hermandad es principalmente motivada por las tremendas ganas que he tenido siempre de poder trabajar debajo de un paso con Antonio Santiago, también, por supuesto, por el gusto con el que esta Cofradía realiza su estación de penitencia.
-C.D.P.N: ¿Qué piensas que es necesario debajo de un paso además de la fe en quien llevas arriba?
-J.M.P.M: Sobre todo tener mucha afición, pero una afición bien entendida. No es mas aficionado el que mas marchas sabe, o mas trabaja en su hermandad,  o mejor cuenta sus “grandes conocimientos” y batallitas en la barra del  bar de la Casa Hermandad, ni tampoco el que cree que sabe “mucho” de esto, ni el que quiere imponer su criterio por encima de los intereses generales de la cuadrilla, incluso por encima del capataz. Un buen aficionado, para mi, es aquel que se prepara físicamente en la medida de sus posibilidades, que prepara su herramienta de trabajo (el costal) y la utiliza en beneficio de su salud, aquel que aprende el oficio en cada ensayo, aquel que sabe cual es su sitio debajo del paso, sin buscar ningún protagonismo, ni sentirse imprescindible, porque nadie lo somos.  Además el Costalero debe ser  honesto consigo mismo y con sus compañeros. Y por supuesto, tener muy claro, que la afición sin el componente de la fe, no sirve para nada, somos los pies del Señor y de  la Virgen, ellos, las imágenes titulares que van arriba en nuestros pasos son los únicos protagonistas de  todo esto, y sin la fe nuestro trabajo costalero no tendría ningún sentido.
-C.D.P.N: ¿Qué anécdota destacaría de tu caminar debajo de los pasos a lo largo de tu trayectoria como costalero?
-J.M.P.M:   En todos estos años he tenido unas cuantas, pero lo que mas recuerdo, sin duda, son las fatiguitas que pase el año que realizó por primera vez estación de penitencia a la Catedral de Sevilla  la Hermandad del Polígono de San Pablo. Yo iba en corriente de primera en el paso de palio de Ntra. Sra. del Rosario, aquello llegó a los términos de “supervivencia”, y es donde descubrí que los limites del esfuerzo costalero son insospechados…
-C.D.P.N: ¿Piensas que el ser costalero es un trabajo de "ser más que nadie" por llevar a tu titular o, por el contrario, piensas que el costalero debe ser sufridor, humilde y callado?
-J.M.P.M: Por supuesto que no, ser costalero no es “ser más que nadie”, no debe existir en ningún momento esa pizca de vanidad que a algunos les embarga al pasearse con su costal creyendo que todo el mundo se fija en él. El costalero debe ser anónimo y humilde, y su papel no es más importante que el del cualquier otro hermano dentro de  la Cofradía. Por ello, entiendo, que al igual que el costalero no tiene un papel más importante, este tampoco debe tener  más obligaciones que el resto de hermanos.
-C.D.P.N: Técnicamente hablando, ¿cómo te gusta la ropa hecha; altura de la visera, ancho, estrecho, de saco, de arpillera, de manta…?
-J.M.P.M: Técnicamente, solo hay una forma de llevar la ropa, que caiga en su sitio desde el primer momento. Para ello el costal debe tener unas medidas adecuadas y debe tener unas cualidades  en cuanto a que el costal sirve para protegernos el punto de carga, la séptima vértebra cervical, del peso del paso. A mi personalmente me gustan de tela blanca de algodón y arpillera de saco de café. Los costales con arpilleras menos consistentes u otros confeccionados con otros tejidos, como por ejemplo los de  panamá, no son útiles para cumplir esa función de protección.
Por otro lado, me gustan muy abiertas atrás, y en relación a como vaya la visera de ajustada, para mi  no es importante, es mas bien algo estético que de utilidad. Lo importante es ver las ropas por detrás y comprobar que caen en el sitio donde se ha igualado. Tampoco veo de ninguna utilidad llevar la visera tapando los ojos, trabajar sin ver debajo de un paso no sirve para nada, creo que afecta negativamente a la orientación del costalero y perjudica su trabajo, además, cuando el costalero esta fuera y no se quita la ropa,  produce una tensión continua en el cuello al tener que estar mirando siempre hacia arriba que se convierte en una sobrecarga muscular perjudicando a su salud.  
-C.D.P.N: Puestos a elegir, ¿con qué dinastía de capataces te quedarías? ¿Por qué?
-J.M.P.M: El apellido Santiago, por todo lo que le rodea, su filosofía, su técnica, sus formas... etc., pienso que Antonio Santiago va a pasar a la historia como uno de los  grandes, aunque para mí  y  para otros muchos ya lo es.
-C.D.P.N: Y ahora antes de comenzar con tu otra faceta cofrade, la de capataz, vamos a soñar un poco… ¿En qué cofradía te gustaría salir de costalero?
-J.M.P.M: No soy soñador, soy bastante pragmático en este sentido, porque, como escribió Calderón de la Barca,  “ que toda la vida es un sueño, y los sueños, sueños son...”, pero si quiero responderte a esta pregunta, lo tengo que hacer globalmente, considerando a todo lo que rodea mi mundo costalero como un sueño.
Por lo que este sueño comenzó allá por el año 1991, y ha continuado a lo largo del tiempo, tanto con los pasos que saque en su momento en  Ciudad Real, como con los pasos que he sacado y saco en Sevilla.  Si hablamos de sueños dentro del mundo del martillo, este empezó en el año 2000, año que me hice cargo de la cuadrilla del Consuelo, y ese sueño se amplio cuando en el año 2005 me hice cargo, también, del martillo del Cristo de la Piedad.  Ahora sigo viviendo este sueño, con la suerte de que las Juntas de Gobierno siguen contando conmigo, y que estoy acompañado por fuera en los dos pasos de un gran equipo humano y rodeado de amigos y costaleros con los que se ha conseguido un gran trabajo en los últimos años.
-C.D.P.N: ¿En qué momento decides ponerte al frente de una cuadrilla? ¿Qué o quién te lleva a tomar tal decisión tan responsable y a la vez bonita?
-J.M.P.M: Tal y como  he comentado antes, fue en el año 2000, cuando toco por primera vez como capataz titular el martillo del Paso de Maria Stma del Consuelo. Con anterioridad ya había sido contraguía y segundo en este mismo paso, y también había mandado el paso de la Virgen de la Cabeza durante algunos años. La decisión surge, un poco por ese impetu de juventud que todos hemos tenido alguna vez, y también porque creía que las cosas se podían hacer de otra manera, ni mejor ni peor, sino de forma distinta. Así que cuando la hermandad me ofreció la oportunidad, dije que si. Los comienzos no fueron fáciles, y fuimos aprendiendo, casi mas de los errores que de los aciertos. Comencé a preocuparme de bajar a Sevilla y aprender de los grandes del martillo, a empaparme de sus conocimientos, y a comprender la dimensión de la responsabilidad que asumí.
 
-C.D.P.N: Como todos sabemos eres capataz del paso de palio de María Santísima del Consuelo y del paso del Santísimo Cristo de la Piedad, y en ambas cofradías gran parte de la gente que llevas es la misma en los dos pasos. ¿Te gusta tener a tu gente o eres de los que dicen que cada cuadrilla es para su hermandad? ¿Por qué?
-J.M.P.M: Primero aclararte que gran parte de la gente no comparte paso,  solo una pequeña parte coinciden en ambos. Además no creo, que yo tenga el poder o el carisma para poder llevarme gente de un paso a otro, y además no es mi intención. Tampoco soy de llamar o pedir favores a nadie para llenar los pasos, sencillamente porque creo que se pierde autoridad como capataz. Eso no quita, que haya costaleros que les guste las formas de hacer las cosas y las hermandades donde mando los pasos, y vengan a una cuadrilla y a otra. Pero no significa que sean costaleros de un capataz, porque realmente es la hermandad  la que influye en la decisión de ir a pedir sitio a un paso o a otro. Por otro lado, creo en las cuadrillas que se generan en torno a la hermandad, porque nadie somos imprescindibles, y cuando uno no este al cargo de esos martillos y lleguen otros, los pasos deben seguir llenos de costaleros para pasear al Señor y a la Virgen.
-C.D.P.N: Ahora te vamos a hacer una pregunta un poco comprometedora: ¿En qué cofradía disfrutas más? ¿Con cuál te sientes más identificado?
-J.M.P.M: Bueno, esta pregunta para mi no es comprometida, cada Cofradía tiene su esencia que la hace diferente de la otra. Y en cada una he tenido vivencias personales diferentes. En la Flagelación he crecido como cofrade a la par que crecía como persona, allí tengo grandes amistades, pertenezco a su junta, y he desarrollado y desarrollo un mayor trabajo dentro de la Hermandad.  Por otro lado, la Cofradía del Cristo de la Piedad, es la hermandad de mi familia paterna, en ella también colaboro, y allí me encuentro también muy a gusto porque el grupo de personas que trabajaron y los que están trabajando actualmente por la Hermandad son personas de una gran calidad humana.
-C.D.P.N: Desde el punto de vista como capataz, ¿qué consejo les darías a los jóvenes de quince y dieciséis años que acuden a las igualás a pedir trabajo?
J.M.P.M: Lo primero, que se esperen a cumplir los 18 años. Pero si su enormes ganas de ser costalero  no  les deja retrasar el comienzo a la mayoría de edad, y siempre y cuando su físico se lo permita, les recomendaría, que sean conscientes de con quien van a trabajar, es decir con quien van a sacar los pasos, porque lo primero de todo, y lo más importante es su salud.
-C.D.P.N: ¿Qué anécdota destacaría de tu caminar debajo de los pasos a lo largo de tu trayectoria, ahora, como capataz?
-J.M.P.M: Bueno podría destacarte muchas. A nivel afectivo, el ver a mi pequeña Marta vestida de nazarena con un mes de edad el pasado Miércoles Santo, son de esas cosas que te llenan el corazón. Tampoco me puedo olvidar de la cantidad de peticiones, oraciones y sentimientos que se escuchan y que genera a su paso la Virgen del Consuelo.
 
En relación con los pasos, también podría contarte unas pocas, pero no voy a extenderme mucho. Delante del paso de  la Virgen del Consuelo he vivido los momentos más especiales en la salida extraordinaria del Congreso Nacional de Cofradías. Desde la entrada de la Madre de Dios por primera vez a la Catedral, así como lo vivido durante la procesión extraordinaria y en su traslado de vuelta, fuero momentos muy emotivos para todos los que componemos la cuadrilla. Delante del paso del Cristo de la Piedad, además de las sensaciones  que viví el primer año que lo que lo saque por la puerta de la Catedral, el año pasado tuvimos que entrar con el paso por una calle bastante complicada por su estrechez y la situación de los árboles, lo que supuso un esfuerzo extra para la cuadrilla, fue un momento de gran intensidad y dificultad, salvándose la situación gracias al gran trabajo de la gente de abajo.
-C.D.P.N: En aspectos generales, ¿qué opinión te merece que aún haya cofradías que cogen al primero que se les pasa por la cabeza y le nombran capataz? ¿Crees que una persona de buenas a primeras puede ser nombrada capataz o que debería empezar como auxiliar de algún maestro del martillo?
-J.M.P.M:   Es cuestión de falta de conocimiento y de criterio de las Juntas de Gobierno, y de no tomarse muy en serio el mundo costalero. Existen hermandades que con llenar el paso de cualquier manera tienen suficiente, sin tener en cuenta otras cuestiones, como el estilo de andar de los pasos, las formas de mando, la capacidad del elegido para hacerse cargo del martillo… etc. Pero por otro lado, creo que también es falta de responsabilidad de quien asume el cargo sin tener los conocimientos necesarios, alguien que no esta preparado, para igualar, calzar y llevar un paso, no debería hacerse cargo de una cuadrilla.
-C.D.P.N: Pues esto es todo Pastor. Muchísimas gracias por tu colaboración con nuestro blog.
Un fuerte abrazo y como dijo quién tu sabes: “Que los años se rompan en el tiempo pero que el amor del costalero siga vivo”
-J.M.P.M: Gracias a vosotros. Un abrazo

 

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